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Diciembre: una oportunidad de renovación

Posted on12/05/2019

 


 

Diciembre es una época bellísima, de mucho movimiento y de emociones diversas. Es un momento del año cuando nos ponemos nerviosos, nos angustiamos por ciertas cosas y pensamos en todo lo que se espera de nosotros y de lo que, por ende, esperamos de los demás. Es una época en la que contemplamos lo veloz que pasa el tiempo, en lo rápido que se acabó el año.

 

Diciembre se convierte en el mes de las carreras, del acelere y del hacer todo lo que no se logró en el año y que se dejó para lo último.

Desafortunadamente, este no debería ser el sentimiento en este maravilloso mes. Se ha convertido en una actividad casi que mental, en lugar de ser «energía mental para el equilibrio y la abundancia».

El 24 y 31 de diciembre son momentos ideales para que pasemos un tiempo en familia y meditemos juntos por nuestro bienestar. Es importante que observemos nuestra mente, que es como un niño inquieto. Tratemos de apaciguarla, y pensemos profundamente en tranquilizarnos. Debemos concentrarnos bastante (encender una vela de Ghî ayuda en este proceso) y meditemos en que hemos estado perdiendo el tiempo innecesariamente, tiempo que podríamos estar invirtiendo en cosas más importantes y que puede ser la razón de la mayoría de nuestros problemas.

Muchos de nosotros estamos acostumbrados a no razonar sobre las cosas, a no pensarlas dos veces y a no interesarnos verdaderamente por lo que es importante.

Algunos ejemplos:

El niño que llega del colegio con malas calificaciones, con toda seguridad, perdió el tiempo en actividades que no contribuyeron en su estudio.
La persona a la que le fue mal en el trabajo y se ganó un llamado de atención o un memorando, muy seguramente es por baja concentración y por perder el tiempo en objetivos secundarios.
El ama de casa angustiada pierde su tiempo en lo que ha hecho tradicionalmente y no piensa en un pequeño negocio para el tiempo libre, el mismo tiempo que gasta en lamentarse.
La persona que es pesimista y se lamenta de la situación, debe meditar en cómo utilizar ese mismo «tiempo de lamento» en salir adelante.

Aprovechemos estos días de diciembre, un mes de movimiento y cambio, para enfocarnos en mejorar nuestra vida. Meditemos cinco minutos, profunda y productivamente, identifiquemos uno o varios problemas que nos agobian y pensemos en posibles soluciones que podamos comenzar a implementar hoy.

¡Abajo la pereza, abajo la pérdida de tiempo, abajo el pesimismo, siempre adelante! Esta es la misma meditación de los baños de purificación, con el agua se van los problemas, con el agua se van las angustias, se va la inconciencia y la pérdida de tiempo; lo que sigue es el progreso y la luz.

 

 


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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