Sales en los baños y sahumerios
Frente a las sales, hay todo tipo de mitos y agüeros, que van desde no recibir un salero directamente o recoger con agua la sal regada, hasta unos tan extremos como tirar una pizca sobre el hombro si la sal fue regada.
Lo que sí podemos decir, con firmeza y tranquilidad, es que la sal no es buena para baños o limpiezas. Este es un malentendido y una deformación que surgió hace cientos de años. Y, aunque todos sin fundamento o explicación desde el punto de vista energético, su origen sí está en una verdad.
Estos malentendidos ancestrales han hecho que hoy haya todo tipo de ungüentos, baños y sales que, en lugar de ser relajantes y beneficiosos para nuestra salud, son nocivos e incompatibles con nuestra aura y cuerpo. En el peor de los casos, son utilizados por personas que trabajan con energías negras. Un baño nunca debe incluir cueros, cabellos, sal, tierra, tintas, etc., así que esté siempre muy pendiente.
Debemos ser cuidadosos a la hora de elegir un baño o un sahumerio, pues este debe ser compatible con nuestra aura, esa entidad viva que nos configura, que es parte trascendental de nuestra estructura.
Hacer y diseñar un baño o un sahumerio es algo delicado, es necesario conocer de compatibilidades y sustancias, y es indispensable entender la naturaleza del aura, su vibración, su capacidad de recibir o rechazar.
Debemos ser precavidos, incluso con aquellas personas que, con buena intención, nos recomiendan algo que verdaderamente no manejan.