Celebraciones a la Divina Madre - 7 de diciembre
Si analizamos diversas tradiciones alrededor del mundo, veremos que muchas se asemejan entre sí, incluso, en culturas muy diferentes o que se encuentran a cientos de kilómetros de distancia entre sí.
Este es el caso de las variadas tradiciones de primavera, que siempre tienen semejanzas sin importar la región. Otro ejemplo muy claro es nuestra tradición del Día de las Velitas, que es sorprendentemente parecida al Divali en India. Pasar por una calle en Bogotá, Cali o Medellín, el 7 de diciembre, es igual que pasar por una calle de Bombay, Madrás y Calcuta en pleno Divali (Festival de las Luces).
En lugares prácticamente opuestos, donde la cultura y la religión son tan distintas, la sociedad colombiana y la de la India celebran una fiesta en honor de la Divina Madre, una festividad hermosa en ambas partes, llena de luz, lámparas de papel y velas de todos los colores.
Y es que, sin importar la religión, el idioma o la cultura, la Divina Madre es la misma para todos nosotros, es la misma Divina Madre del universo, conocida por los occidentales como María; Danu, para los celtas, druidas y vikingos; Isis, para los egipcios; Maya o Maia, para los de la ribera norte del Mediterráneo; Lakshmi o Radha y, también, Ishtar, Gerofai, Matagi, en India. Para todos es la misma fuerza femenina de la naturaleza.
Nuestra fiesta del Día de las Velitas es una celebración en su honor y es la oportunidad para abrir un canal de comunicación con la iluminación, con el despertar de la conciencia y con la meditación. Esas luces son una ofrenda a la Divina Madre y una plegaria para lograr una vida más consciente y feliz.
Un instante de recogimiento para que llegue a nosotros la paz, la armonía, el entendimiento, la iluminación, la claridad, la tolerancia, el respeto y la prosperidad.
Es el momento de comenzar a vivir los días de reconstrucción de la carta número 9 del tarot: el «anciano del tiempo» que se encierra en la caverna para reconstruir su mundo y que luego sale a ayudar.