blog search

Nudos de luz

Posted on02/02/2021 by

Tradicionalmente se ha pensado que los famosos nudos de luz de los que hablan los yoguis son obstáculos en el camino espiritual.

Esto ha ocurrido probablemente por errores de traducción de los Upanishad, pero lo que queremos aclarar es que estos tres nudos de luz del sistema humano son en realidad tres pausas de reflexión en el camino del Tantra, son tres descansos en la escalera de la evolución.

Los nudos son puntos de inflexión en el camino de la iluminación, momentos espirituales cruciales en el proceso del despertar de la conciencia. Si comparáramos informalmente estos momentos espirituales con nuestra educación tradicional, podríamos decir que esos tres momentos son comparables con la entrada a la primaria, la entrada al bachillerato y la entrada a la universidad. Muchos podrían ver lo anterior como un mal necesario, algunos otros como una bendición y una oportunidad.

El primer nudo es la voluntad y la actitud de iniciar. Aquí comienza el interés por entender con la intuición lo que no se puede entender con la razón. Es aquí donde nos conectamos con las lenguas sagradas, con la meditación y las pronunciaciones santas. Es el nudo de la iniciación.

En este momento, nuestra mente sigue siendo joven e inexperta, influenciada por la ilusión del mundo. Lentamente comenzamos a concentrarnos y a meditar, desmitificamos esta práctica, la volvemos más normal en nuestra vida. Es un proceso, como aprender otro idioma, en el que con práctica, perseverancia y, sobre todo, con un entendimiento más abierto, logramos procesar y avanzar.

En los Upanishad aparece este nudo como el obstáculo de las denominaciones, pero esta instrucción debe ser concebida de una forma más real. Puede ser que en este proceso presenciemos cambios importantes en nuestro ser, pues estamos reaprendiendo todo, mirando y contemplando desde la espiritualidad. Se menciona el nudo porque, supuestamente, se desata cuando iniciamos el camino, pero se refiere única y exclusivamente a la dificultad de iniciar.

El siguiente nudo está ubicado en el chakra del corazón, en el Anahat, y es el nudo de la consideración por los demás, del apostolado y del deseo de comunicar todo aquello que sabemos. Es tanto el amor que se siente por la humanidad, por el prójimo, que hacemos una pausa para intentar tomar a todos de la mano.

En este punto, donde la energía está ascendiendo, se genera una gran cantidad de sentimientos. Es aquí donde el alma concibe la divinidad de todas las religiones, comprende que todos los caminos llevan a Dios y que, por lo tanto, hay que tener un profundo respeto por todos los demás. También se recuerda la divinidad y la importancia de los grandes guías, todo inscrito en la red de su memoria akásica, en la enorme biblioteca que nos une a todos, entonces, ese apego por la enseñanza, esa consideración por el otro y esa admiración por los caminos sagrados pueden detener momentáneamente el avance espiritual, lo que los textos sagrados llaman el Vishnu Granthi.

El tercer y último nudo es el denominado Rudra y se encuentra en el Ajna chakra, en el entrecejo, también denominado tercer ojo o el punto de la clarividencia. En este punto, el alma se deslumbra por todas las nuevas facultades espirituales adquiridas: la visión de los elementales y de las otras dimensiones, el desdoblamiento consciente, las ciudades sagradas y los vórtices, y todas esas sensaciones de otros planos que no existen en este mundo material.

El alma, en este hito del proceso, hace un alto para comprender la verdadera naturaleza de los sentidos internos, vive el Shamadi o el éxtasis de su meditación interna, porque entiende que ha llegado a su patria.

En nuestro cuerpo se dibujan las energías curvas o sinusoidales, describiendo el caduceo de Mercurio o las fuerzas que se entrecruzan, en torno a un eje central. Se trata de los caminos curvos ascendentes, en todos los sentidos, en espiral hacia arriba. La energía aquí siempre es ascendente.

Todo ese trabajo de la sagrada energía ascendente es el sendero correcto de la evolución y determina el camino de la luz, que a través de miles de años y en innumerables civilizaciones ha tomado toda clase de nombres, y que tienen las palabras clave: «ascender», «luz» y «blanco».

 


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

Menu

Settings

Settings

Compartir

Create a free account to use wishlists.

Sign in