¿Podemos registrar otras vidas en sueños o a través de nuestros sentidos?

Para la mayoría puede resultar increíble, hasta absurdo, pero muchas de estas experiencias vividas en sueños son realmente recolecciones de momentos o recuerdos de nuestras vidas pasadas.

Es indiscutible que el sentido del olfato está muy asociado a la memoria: puede ser que en ocasiones nos encontremos con un olor o aroma que nos hace sentir extraños, que nos despierta alguna emoción muy particular y hasta nostalgia, pero que, al mismo tiempo, no sepamos identificar de dónde viene la recolección. Esto sucede porque no tenemos dentro de nuestras posibilidades lógicas que este evento sea una recolección de un recuerdo de otra vida.

Otro ejemplo muy usual es cuando personas que nunca han estado en un sitio en particular, lleguen y puedan recorrerlo sin ningún inconveniente, que reconozcan espacios, lugares y hasta puntos específicos de este sitio que en esta vida no han visitado. Existen también casos un poco más sutiles donde las personas que visitan lugares antes desconocidos para sí mismos, sienten una nostalgia especial por el lugar, un cariño o remembranza que no pueden identificar, pero que está ahí, latente en sus corazones.

Demos o no demos el nombre correcto a la situación, es algo que no importa: lo que existe es innegable, la denominación es lo de menos.

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