Reencarnación de plantas y animales
Muchos se preguntan si las plantas y los animales tienen alma, y si, por lo tanto, al igual que nosotros, reencarnan después de que sus cuerpos dejan este mundo.
Lo cierto es que… sí: los animales y las plantas tienen una línea espiritual dévica diferente a la nuestra, pero sí reencarnan.
Los animales tienen una configuración especial que genera un juego de transformaciones internas en sus cuerpos, de manera que siempre encarnen en organismos más elevados, estableciendo siempre un equilibrio de aparición y desaparición de especies, formando así un ciclo de manifestación energética.
Las plantas, por otro lado, tienen una energía elemental que permanece mientras que elementos de su cuerpo físico sigan en este mundo. Esto quiere decir que si una planta muere, por ejemplo, un girasol, si todo lo que componía su cuerpo se degrada, tallo, flores, hojas y raíces, es en ese momento que la energía elemental de la planta desaparece de este mundo. En cambio, si el elemental es un pino, que talan y convierten en un mueble, entonces ese mueble mantendrá la energía elemental del árbol por mucho tiempo, incluso cientos de años. Hay piezas de muebles antiquísimos que aún poseen la energía del elemental.
El elemental, como entidad astral, se desvanece y luego se condensa y toma cuerpo físico en un vegetal de orden superior. Muchas veces la evolución de un espíritu elemental no corresponde a la línea taxonómica de plantas superiores e inferiores.