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‘El hombre y la mujer’

Posted on03/02/2021 by


Por Victor Hugo

El hombre es la más elevada de las criaturas,
la mujer es el más sublime de los ideales.

Dios hizo para el hombre un trono;
para la mujer, un altar.
El trono exalta;
el altar, santifica.

El hombre es el cerebro;
la mujer, el corazón.
El cerebro fabrica la luz,
el corazón produce el amor.
La luz fecunda;
el amor, resucita.

El hombre es fuerte por la razón,
la mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence;
las lágrimas, conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer, de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece;
el martirio, sublimiza.

El hombre tiene la supremacía;
la mujer, la preferencia.
La supremacía significa la fuerza,
la preferencia representa el derecho.

El hombre es un genio;
la mujer, un ángel.
El genio es inmensurable;
el ángel, indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema gloria,
la aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande,
la virtud hace todo lo divino.

El hombre es un código;
la mujer, un evangelio.
El código corrige;
el evangelio, perfecciona.

El hombre piensa,
la mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva,
soñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es un océano,
la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna;
el lago, la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela,
la mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio,
cantar es conquistar el alma.

El hombre es un templo,
la mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos,
ante el sagrario nos arrodillamos.

En fin… el hombre está colocado donde termina la Tierra;
la mujer, donde comienza el Cielo.


 


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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