Misión de comunicar la verdad
El trabajo de despertar la conciencia, de cristificación, es la misión para cada hombre y cada mujer. La realización e iluminación del alma se encuentran resumidas en la frase de nuestro Señor Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida».
Tomando su vida como ejemplo, Jesús predicó sobre el trabajo interno, encarnándolo él mismo. Cada uno de nosotros debe inspirarse en la vida y enseñanzas del Señor Jesucristo. Su vida es la guía para el despertar, sus palabras, aún después de tantos cambios, son la pura esencia de la evolución.
La única misión del ser humano es evolucionar. Debemos establecer la comunicación entre la mente y el ser interior, y para lograrlo debemos trabajar en lo que personajes como Paracelso, Nicolás Flamel y todos los grandes alquimistas se referían como «La gran obra». Este misterioso trabajo del alquimista es la filigrana que debe tejer cada persona para llegar al infinito.
De este trabajo hablaron los grandes maestros de la humanidad, incluido Jesús: su vida se concentró en la comunicación directa con el Padre Eterno. Cuando él decía: «Padre nuestro, que estás en los cielos», enunciaba la verdad del padre que reside en los mundos espirituales o internos. Cuando decía: «Santificado sea tu nombre», se refería a la sagrada pronunciación del mantra poderoso que es el nombre secreto de cada chispa espiritual, de cada maestro interno, de cada persona. «Venga a nosotros tu reino» es lo mismo que «venga a nosotros tu vida de conciencia, iluminación y felicidad».
Las palabras de Jesús siempre serán actuales, no importa cuántos siglos transcurran. La evolución es la regla para lograr la iluminación, el éxito, la felicidad y la plenitud.
Todo lo anterior está consagrado en los libros sagrados:
- Introspección. Es la misma meditación, oración y plegaria, contestarse a sí mismos en el interior de la meditación, es el «padre nuestro que estás en los cielos» que resuena en nuestra vida interior.
- Corrección. Es el trabajo con el error de la mente y la llave de entrada a los misterios del Ser. Si no expulsamos a los mercaderes del templo, no podemos alcanzar la iluminación.
- Movimiento. Es el manejo de las fuerzas y las energías dentro y fuera de nuestros cuerpos. Es la transmutación de la que hablaban Nicolás Flamel y Helena Blavatski. Es el manejo del aura, el poder mental, los centros energéticos, etc.
- Interacción. Es la misión amorosa de reunirnos todos en una mesa y hablar sin tapujos de los secretos del Ser. Es la profunda convicción de que todos debemos avanzar, hablar con la verdad, rasgar los velos de tantos misterios hermosos. Es la misión de comunicación y amor que tenemos todos.