Diferencia entre el astral y el etérico
Entender esta diferencia es muy complejo, más aún, cuando explicar el mundo astral, o la cuarta dimensión, es un trabajo tan complicado.
La dimensión del tiempo, o dimensión astral, es el mundo del desdoblamiento. Una dimensión sin tiempo, sin gravedad, sin causa y efecto como la conocemos. Es un mundo que se rige por otras leyes y otras propiedades.
El mundo astral es la dimensión de la relatividad, en donde todo es opcional, todo es relativo. Es la dimensión del conocimiento, de las escuelas de sabiduría, de los grandes templos del sistema solar y del tránsito de las almas extraterrestres.
Ahora bien, ¿qué es lo etérico? Pues bien, es lo que está justo en el intermedio de lo físico y lo astral. Por ejemplo, el vapor de la transmutación en la columna vertebral es etéreo, parte del aura es etérea, parte de las fuerzas elementales son etéreas, algunas energías negativas son etéreas, no son físicas, pero no alcanzan a ser astrales.
El tema de la energía sexual y de la transmutación es complicado e, indudablemente, tenemos que referirnos al tantra y a la ciencia de la respiración. Desafortunadamente, en Occidente estamos muy desacostumbrados a hablar de estos temas, pues tenemos una manera distinta de concebir nuestra sexualidad, además de que, en general, está manchada con malicia, debido a la sobreexposición que tenemos a imágenes sexuales, donde se tergiversa el contexto sagrado de la sexualidad correcta, para pasar a una exageración de dichas imágenes sexuales que terminan perturbando la mente.
Este, como muchos otros temas de energía y alquimia, son de difícil entendimiento, pues son extremadamente especializados, para los que se necesita una preparación previa extensa y un conocimiento profundo acerca de las teorías, la energía y todo aquello que los une con la dimensión astral.
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