El desdoblamiento: ¿una facultad o un poder?
Si somos rigurosos, y si observamos las facultades y el potencial divino que tiene el ser humano, tenemos que concluir que el desdoblamiento es una facultad de toda persona. El problema reside en el estado espiritual del ser humano de la actualidad.
Hoy, no es fácil encontrar seres humanos con la facultad de desdoblarse conscientemente. Esa facilidad solamente está reservada, por ahora, a seres iluminados que tienen misiones generales con la raza humana, seres especiales que nunca utilizarían semejante privilegio para invadir la privacidad de los demás.
La habilidad de desdoblarse tiene muchos fines, pero el principal es que el alma aprenda y siga evolucionando, entendiendo así los misterios de la conciencia.
Hay personas que se han desdoblado inconscientemente, como suele sucedernos a todos, y entre sueños han despertado conciencia, han recobrando su estado natural de conciencia y su habilidad para transportarse a voluntad entre dimensiones.
Esta práctica no es tan inusual como pudiésemos pensar al oír estas palabras. ¿En cuántas ocasiones hemos oído o experimentado en sueños situaciones en las que decimos «yo sé que estoy soñando», o «mañana voy a acordarme de esto cuando despierte» o «de verdad estoy soñando»?
Es en estos momentos cuando recordamos el cuento de ‘Alicia en el país de las Maravillas’, de Carroll, en el que desciende a un mundo en el que el espacio se curva, los animales hablan, los colores toman vida. Así son los fenómenos de la dimensión del tiempo, la velocidad con la que la persona se transporta, no hay ley de gravedad, por lo que podemos flotar en el espacio, y en un minuto podemos aprender lo que en el mundo físico nos tomaría semanas o hasta meses.
Muchos aún pueden estar escépticos frente a esta facultad, preguntándose si realmente es verdad, pero hay muchos ejemplos que nos pueden indicar la veracidad de este acontecimiento. Uno de los ejemplos más comunes es cuando sentimos que estamos acostados y de repente caemos varios metros. Esto se conoce como un desdoblamiento instantáneo.
Cada ser humano, en la profundidad de su corazón, sabe, por intuición y por convicción espiritual, que más allá de la materia existe algo que nos diferencia de las demás especies que ocupan este planeta.
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