Budismo en Occidente

Posted on04/28/2022 by


El budismo, una religión bellísima, con alto reconocimiento en Asia, tiende a ser demeritada en Occidente, y no es solo en la actualidad.

¿Por qué esta religión, con principios tan maravillosos, ha sido constantemente atacada en Occidente y por qué se asocia con amuletos y otras situaciones? Las causas son muchas y extensas, pero las principales son las siguientes.

La primera razón es que personas inescrupulosas han aprovechado que las enseñanzas budistas se encuentran en idiomas diferentes a los tradicionales de Occidente, como el mandarín, el japonés o el sánscrito, y se han usado para adjudicarles propiedades a estos textos e imágenes que no tienen, y que están en contra de la filosofía budista.

Otra razón es que a personas que hacen parte de alguna creencia específica, principalmente sectas que no basan sus enseñanzas en el amor, les gusta dedicarse a desprestigiar otras creencias. Y el budismo, al ser de otra cultura, con otros elementos, es calificado de raro, pecaminoso o hasta satánico, pero, realmente, todo es pura ignorancia. Ya quisieran estas sectas tener la devoción, la disciplina y la verdad que caracterizan al budismo.

El gran Buda fue algo así como un san Francisco de Asís, como un san Juan de la Cruz, como un Gandhi, pero muy superior a ellos en muchos aspectos, porque su doctrina no fue trazada por una tradición irreflexiva y arbitraria.

La filosofía budista es absolutamente bella, hermosa y extensa. Realmente, vale la pena investigar y sacar de nuestra mente preconcepciones del budismo como la figura regordeta sonriente de Buda, que no es más que una imagen desfigurada de este grandioso santo de la India.

En Oriente, se venera a un Buda santo, sentado en posición de loto, o padmasana, perfectamente recto, en actitud de meditación y en profunda unión con su espíritu.

Cada vez que oigamos a alguien hablando de lo que no es del señor Buda, enseñémosle con mucho amor sobre su vida y sus enseñanzas, y repitamos sus palabras: «Antes de hablar o juzgar, hay que investigar mucho. No hay que hacer caso a las palabras necias de quienes hablan o juzgan aquello de lo que no saben».


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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