Qué es la tristeza
En las cartas que hemos recibido en HILDA STRAUSS a lo largo de los años, nos han preguntado qué es la tristeza, si es una enfermedad y, sobre todo, cómo manejarla.
Hablar de la tristeza es una responsabilidad muy grande, es complicado y requiere recordar las enseñanzas de los maestros, tratar de llegar a las causas y saber que cada uno de nosotros la experimentado en alguna medida, en uno o varios momentos de nuestras vidas.
La tristeza sí es una enfermedad, grave y contagiosa, no como virus o bacterias, sino que es un mal de la mente y del que es imposible decir que alguien tiene la última palabra. Grandes maestros han sentido tristeza, se han deprimido y, en el fondo de su ser, han tenido que luchar contra esto. Ha sido difícil, pero lo han logrado y algunos han hablado de su lucha.
La tristeza se origina en la mente, es un defecto sofisticado del que podemos hablar y hablar sin llegar a una definición o a una cura específica, pues, el defecto de la tristeza depende de la experiencia de cada uno y, hasta que no haya un análisis profundo y meditación, cualquier cosa que se le diga a una persona que sufre de tristeza le entrará por un oído y le saldrá por el otro.
Quienes investigamos el proceso para el despertar de la conciencia, solo podemos hablar de nuestra percepción del defecto y aplicarla a las enseñanzas de los grandes maestros, compartir nuestra experiencia de dominio frente a este flagelo y hablar de nuestra más valiosa herramienta: la meditación.
Recordemos que la meditación, sobre todo la meditación de la realidad, es nuestra arma más fuerte frente a este tipo de males y defectos.
El budismo nos habla especialmente de esta meditación de la realidad y de la educación de la mente, basada en cuatro nobles verdades. Este es el tema central del budismo y es una de las principales enseñanzas del señor Siddhartha.
- Primera noble verdad: “La vida es difícil, la vida tiende al sufrimiento”.
- Segunda noble verdad: “Esto ocurre porque somos apegados y porque buscamos el bienestar en aquello que no produce verdadero bienestar”.
- Tercera noble verdad: “Existe una esperanza, existe un camino para liberarnos de la vida difícil y del sufrimiento”.
- Cuarta noble verdad: “Esta liberación se logra iluminando la mente con la transformación de los defectos mentales, el logro de la sabiduría y la meditación como eje principal de la vida”.
Esta enseñanza tan sencilla es la estructura del budismo y es lo más simple y hermoso, pero, a la vez, lo más profundo que existe. De la cuarta noble verdad sale el camino del óctuple sendero. Este “camino de ocho pasos” también es simple y, como todas las enseñanzas de los grandes maestros, es muy parecida a lo que Jesús nos enseñó.
En este momento les hablo del budismo, porque es de educación mental, para fortalecer la mente, hacerla virtuosa y para que pueda recibir la influencia de la conciencia, que no es más que la comunicación con el Ser interior.
El célebre óctuple sendero, o vía de los ocho pasos, es muy simple:
- Ver correctamente
- Tener buena intención
- Hablar bien
- Obrar bien
- Vivir bien
- Encaminar correctamente los esfuerzos
- Encaminar correctamente la atención
- Lograr la concentración
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