Compartir el conocimiento
Una persona que se dedique a compartir conocimiento, es de respetar, por eso, la profesión de la docencia es tan admirable y bella.
Claramente, no solo los profesores enseñan, hay un sinnúmero de profesiones que se dedican a impartir conocimiento, o simplemente personas que brindan conocimiento sin ningún tipo de vínculo laboral.
Compartir conocimiento es hermoso y absolutamente gratificante, pero también es complicado y costoso. Y este costo lo han pagado muchísimas personas a lo largo de la historia, sobre todo, aquellas que han hablado de temas revolucionarios y únicos para su época.
Cuando una persona evolucionada habla de temas antes de tiempo, por lo general, son recibidos con crítica y odio, y se afirma que el tema presentado “es absurdo y traído de los cabellos”. Lastimosamente, este tipo de comentarios nace de personas que no están preparadas para la verdad y que, sin importar el enfoque que se le dé a la información, no podrán ser convencidos.
Otro problema que tienen estos temas es la “secuencia sistemática del rótulo”. En primer lugar, le colocan al tema el rotulo de esotérico; en segundo lugar, dicen que todo lo esotérico es diabólico y, por lo tanto, inconcebible; y finalmente, cuando el tema sale a la luz, y comienza a ser algo comentado, entonces, se le da el tercer rótulo: las personas argumentan que “eran otros tiempos” y que “son pequeñas equivocaciones del pasado”.
Hablar de la verdad es a veces duro, pero la verdad es absoluta y brilla sobre la ignorancia y el miedo.