Hablar de ovnis
Hablar de ovnis no es fácil, no por intentar probar su existencia, ya que las evidencias son contundentes, sino por el miedo que tienen las personas a aceptar una verdad difícil, o que va en contra de sus creencias tradicionales.
Es por esta razón que los gobiernos alrededor del mundo no han confirmado su presencia de forma pública, a pesar de tener claro conocimiento de la existencia de vida extraterrestre. Los mismos seres del espacio están conscientes del pánico que causarían si llegaran a presentarse abiertamente a los humanos, pánico generado por el miedo, la ignorancia y la incomprensión.
Ellos nos están preparando, de a pocos, a su presencia en nuestra humanidad, con paciencia y delicadeza, para que cuando efectivamente aparezcan ante nosotros, no sea una sorpresa aterradora, pues su objetivo es que la humanidad evolucione, que tenga acceso al conocimiento, sin miedos ni tapujos.
Afortunadamente para ellos, en las últimas décadas la humanidad ha estado entrando en una era más abierta, más receptiva, menos hipnotizada, aquella en la que las personas del común están pidiendo explicaciones más extensas y ya no tragan entero; están más preparadas para verdades más complejas.
Los tiempos han cambiado, hablar de ovnis o extraterrestres ya no es tan complicado como hace unas décadas, cuando quien hablara de ello era tildado de brujo o loco.
Brindar y compartir conocimiento es costoso, pero gratificante, es inexplicable la dicha de comprender conscientemente un proceso supuestamente oculto, pero es más inexplicable la felicidad que se siente en el alma cuando ayudamos a los demás.