¿Existe el ángel de la guarda?
En varias ocasiones hemos hablado de ángeles, pero la verdad es que no hemos ahondado en lo que tradicionalmente se conoce como el ángel de la guarda.
El ángel de la guarda es simplemente otro de los miles de nombres que se le han dado y sí existe; es nuestro Cristo interior. Él sabe qué necesitamos, qué experiencia debemos vivir, sea placentera o triste, y qué tenemos que aprender de ella.
Él sabe todo acerca de nosotros y, dentro de su purísima presencia, existe el conocimiento del universo. Él es la llave de entrada a los misterios mayores del absoluto. Con él podemos hablar, a él le debemos pedir, está vivo en nuestro interior. Esto lo dijeron los apóstoles en el Nuevo Testamento, lo dijo santa Teresa de Ávila, lo dijo nuestro señor Jesús el Cristo, lo ha dicho todo el pueblo de India y de Oriente.
En muy pocos casos, seres humanos con una misión muy especial son custodiados y asistidos por presencias angelicales, sin embargo, esta no es la regla. Para los seres humanos es más que suficiente la presencia solar del Cristo sagrado del corazón para guiarse y progresar.
En esta época de Navidad, muchas personas quieren rodearse de un espacio exaltado en espiritualidad y acuden a todo tipo de ayudas, como estatuillas o figuras. Aunque el hecho de meditar u orar es perfecto, debemos ser muy objetivos y aterrizados frente aquellas cosas que agregamos a nuestros espacios.
Si es una figura, considerar si tiene algo inscrito, si tiene la finalidad de mover o transformar las energías o, si es un mantra, qué mantra es, en qué idioma está y que finalidad tiene. Si es una esencia, lo mismo, qué aroma es, qué composición tiene.
Muy pronto todos descubriremos la verdad y seremos nosotros los que cuestionemos nuestra inocencia inconsciente, su causa, historia y, sobre todo, la existencia de todas las cosas.