Objetos extraterrestres
La investigación de inteligencias extraterrestres está llena de curiosidades y de incógnitas que frustran a los científicos más conservadores, pero que animan a los que, con mente abierta, investigan los enigmas del pasado.
La investigación de inteligencias extraterrestres está llena de curiosidades y de incógnitas que frustran a los científicos más conservadores, pero que animan a los que, con mente abierta, investigan los enigmas del pasado.
Si observamos los libros de inicios del siglo XX, encontramos que en la historia el hombre haría su aparición hace un poco más de cinco mil años, medición que ahora resulta absurda. Afortunadamente, en las últimas décadas se han hecho descubrimientos maravillosos de objetos y sucesos que corren esta fecha a cuatro millones de años, que igual es poco pero bastante mejor que lo inicialmente estipulado. Subsiste también la teoría del “eslabón perdido”, que se quedará sin descubrir, pues nunca existió; el hombre-mico intermedio es apenas un mito. Todos esos descubrimientos de Neanderthal y Cromagnon no son el hombre propiamente dicho sino que son fallas en el camino de preparación de este gimnasio.
El hombre fue preparado por civilizaciones superiores de manera súbita, con el fin de poder encarnar almas desarrolladas. Esto lo conocemos como la “siembra extraterrestre”, hecho que hace que descartemos absolutamente la posibilidad de encontrar el “eslabón perdido”.
Pero lo anterior no es lo único que le preocupa a la ciencia, existen enigmas increíbles y muy difíciles de entender; por ejemplo, un objeto extraordinario descubierto en Austria: un cubo con esquinas redondeadas, con un corte tan perfecto, que ni en la actualidad se puede replicar; un cubo que además cuenta con más de 70 millones de años de existencia, factor que se ha determinado con numerosos estudios. Este objeto, fuera de ser en sí maravilloso, fue encontrado en una máquina sorprendente, pero de eso nadie habla.
Como este cubo se ha encontrado otro sinnúmero de objetos extraños: barras metálicas, piedras talladas con suma precisión; de materiales desconocidos y edades fantásticas. Elementos para los que los científicos simplemente no encuentran explicación alguna.
Muchos de estos objetos han sido noticia o están expuestos en museos y analizados por académicos de todo el mundo, pero la gran mayoría se rotula con mucho cuidado, se protege en cámaras especiales y se deposita en anaqueles, lejos del escándalo y de la curiosidad de los que están alerta.
Los libros de ahora serán en el futuro tan “curiosos” como puede ser hoy el recuerdo de cuando la radio y la televisión eran “cosa del demonio”. Gracias a Dios, todo está cambiando.