El espacio infinito
En las últimas décadas, la comunidad científica ha propuesto diferentes teorías sobre cómo nuestro universo no es uno solo sino uno entre muchos. Anteriormente se pensaba que nuestro universo era único, nacido del big bang, pero ahora se considera que, como el nuestro, hay muchos otros.
En las últimas décadas, la comunidad científica ha propuesto diferentes teorías sobre cómo nuestro universo no es uno solo sino uno entre muchos. Anteriormente se pensaba que nuestro universo era único, nacido del big bang, pero ahora se considera que, como el nuestro, hay muchos otros.
Esto nos recuerda al ‘Rig Veda’ y todo lo que allí se dice sobre el nacimiento del universo. Los vedas siempre han sido muy claros: “Vishnú está antes de la intensión y de las causas, sin embargo, duerme en el océano infinito de las causas. Es una entidad que es él mismo. Vishnú es el océano y es la persona que duerme y lo ocupa. De él sale una burbuja que es todo lo que conocemos. Nada que la mente pueda concebir existe fuera de esa burbuja y de él sale de nuevo otra burbuja, y otra, y otra, y son tantas como números hay”.
Hace un tiempo salió en internet una noticia que hablaba sobre estas nuevas teorías científicas, de los multiversos. Esta teoría, planteada inicialmente por el físico estadounidense Hugh Everett, comenzaba a ganar fuerza en algunos círculos académicos gracias a dos artículos publicados en revistas de renombre por un grupo de cosmólogos muy importantes.
En los últimos años, el grupo habría identificado la forma en que otros universos podrían dejar rastro de su existencia en el tejido de radiación cósmica del fondo de nuestro universo (CMB, por sus siglas en inglés). Esta radiación sería el rastro de diversas colisiones cósmicas de nuestro universo con otros y, para medirlo, el grupo inventó un programa informático de medición del CMB. Compararon también estas mediciones con las observaciones del satélite Wmap de la Nasa y descubrieron cuatro rastros en nuestro universo, que podrían explicarse mejor con la teoría del multiverso que con la tradicional. Ahora bien, el grupo también afirmaba que necesitarían más pruebas, mediciones y observaciones para probar de manera contundente la teoría.
Si analizamos lo anterior, podemos ver con asombro lo parecido de esta teoría a lo planteado por los vedas. Desde la misma terminología (universos-bola) hay semejanzas sorprendentes. Es una realidad que nuestro universo es infinito, que no tiene límites. Es uno solo y está dividido en fragmentos enormes, mientras que nuestro “universo conocido” se está expandiendo. A siglos luz de distancia existe otro que se contrae y aun otro diferente que está expandiéndose.
En definitiva, vemos cómo las ciencias cada vez se están acercando y coincidiendo con la espiritualidad. También es una realidad que están en permanente contacto con el espíritu. Cuando la astrofísica nos habla de las dimensiones del universo, nos está hablando de Dios; cuando la química nos habla de sustancias del universo, habla de la magia espiritual para crear, trasformar o destruir cosas. La biología nos habla de la energía de la vida, la medicina estudia el carro del alma y la física teórica nos habla de las especulaciones acerca de Dios.
Es increíble ser testigos de las grandes coincidencias entre la ciencia y los libros sagrados, ver cómo grandes mentes están considerando el big bang no como un único principio del universo, sino como un suceso más entre los sucesos infinitos del universo.
En los libros sagrados se escribe con simbologías: “Vishnú duerme en el espacio absoluto y de sus poros salen burbujas que se expanden y se contraen, mientras que entre ellas existe el negro espacio que se deriva de otro estado en el que Vishnú está despierto en el mismo absoluto (esto sería la materia negra). Su cama es una serpiente gigante que representa la curvatura del tiempo y su cabeza está protegida por miles de cobras”. esta simbología corresponde a la formación del plano físico, de la energía negra tomando forma. En ese sueño de Vishnú nace un loto de su plexo solar, y en ese loto está el concepto universal de Brahma, el señor del tiempo y de la transformación. Brahma ha nacido infinitas veces de ese loto, a partir de un punto de explosión en el plexo solar de Vishnú, es decir, aquí los libros sagrados hablan de la ocurrencia infinita de infinitos big bang.
Y así podríamos contar días, años de Brahmas, muertes y renacimientos de Brahmas, Manvantaras, Yugas y Manayugas, en el constante devenir del tiempo y en el carácter viajero de las almas. Nuestras almas son infinitas, eternas en las estrellas, donde con cada encarnación ocuparemos otros cuerpos, tal vez en otros mundos, con la misión de aprender a través de cursos intensivos.
La ciencia está avanzando, el tema es hermoso, y nos llena de regocijo.