San José
El misterio que recubre a san José es tan grande como el de María y las antiguas escrituras lo describen como un ser de enormes virtudes.
San José, padre putativo de Jesús, es aun hoy todo un misterio para nuestra humanidad. Los Apócrifos lo mencionan ampliamente como un ser de estados prácticamente «búdicos», de avanzada edad y, en definitiva, de la Tierra. La virgen María y Jesús, en contraparte, no eran de aquí, sino que, literalmente, venían del Cielo, de las estrellas.
En los Apócrifos se dice que José era viudo, padre de cuatro varones y dos mujeres, pero es una simbología, ya que esos hijos representan realmente los cuidados y protecciones del Adorable, y, aunque los Evangelios oficiales no lo narren, en los Apócrifos se habla de la caravana de Belén en la que iban José y sus hijos. Pero, recordemos que son alegorías.
El hecho de que José fuera carpintero, es realmente una mala interpretación, ya que en los Apócrifos se menciona que era «experto en el arte de la construcción», que se refiere más a edificaciones que a muebles, y más por una tradición familiar que por una vocación particular.
Según lo que cuentan los libros, José se casó o se unió a la virgen María cuando contaba con 90 años, para luego morir a la edad de 110.
Cabe aclarar que José no era el verdadero padre de Jesús, era su tutor terrenal; era su padre putativo, es decir, adoptivo, porque Jesús fue concebido en el cuerpo de una mujer cristo, traída de las estrellas. José, por su parte, era un ser puro, en estado búdico.