Ovnis: siempre han estado aquí
Hablar de ovnis es muy complicado, ya que la opinión acerca de la existencia extraterrestre está muy dividida. Hay quienes afirman que claramente existen y que están entre nosotros, otros, manifiestan que su existencia es real, pero que no hay forma de que lleguen a nuestra tierra, y hay muchos otros que no creen en su existencia y que pensar en ello es una superchería de la nueva era.
Sin importar las creencias personales y las opiniones acerca del tema, es muy difícil obviar toda la evidencia que existe sobre la existencia extraterrestre y los avistamientos de ovnis. En diversos países existe un sinnúmero de documentos, fotografías y videos, considerados legítimos por expertos en el respectivo campo, que muestran de manera fehaciente la existencia de extraterrestres.
Y es que, además, esta evidencia no solo muestra avistamientos en el presente, los extraterrestres han estado con nosotros desde tiempos inmemoriales, aunque es cierto que sus apariciones han aumentado desde 1945, específicamente desde el estallido de la primera bomba atómica.
Y es que inteligencias superiores a la nuestra están al extremo cuidado del manejo humano de este tipo de tecnologías, que para nosotros pueden ser modernas, pero que para ellos es una tecnología burda y atrasada.
El manejo de las fuerzas atómicas implica para ellos el inicio de la tragedia resultante de la no conciencia, nos ven como «niños necios manejando algo que no conocen», principalmente, porque saben que el conocimiento del átomo es la ventana para ver y penetrar otras dimensiones.
Los extraterrestres siempre han visitado la Tierra, lo podemos ver en Nazca. Cuando vemos al mono o a la araña, al colibrí o la lagartija, notamos símbolos astronómicos, medidas, señas. En Nazca hay espirales, flores, medidas por líneas y por cuñas.
También podemos ver las esferas enigmáticas de Costa Rica, las inscripciones mayas en México, el famoso astronauta tallado en una piedra, las inscripciones de Ica en Perú en las que se ven ovnis, animales antediluvianos y humanos, lo que demostraría que la humanidad es mucho más vieja de lo que se cree.
Recordemos las inscripciones de Argelia en África, pinturas rupestres que muestran ovnis y hombres de cabeza grande flotando en el espacio, o figuras tan importantes como la de Imhotep, el gran maestro arquitecto de los egipcios, que «no nació y no murió», simplemente, apareció y se esfumó posteriormente.
Detallemos las pirámides hechas con ingeniería extraterrestre o las piedras de Puma Punku en Bolivia, talladas en corte de chorro de agua y láser, hace miles y miles de años, o las mesas de Tiahuanaco relacionadas con el diámetro de la Tierra y el Sol, y las variaciones de la elíptica durante los últimos 900 mil años.
Recordemos la alineación perfecta de todas las pirámides de la Tierra y de las enormes piedras de Stonehenge en dirección al solsticio de verano. De estas, existe una destinada a señalar el Día de San Juan, con una exactitud difícilmente lograda en esta época.
Volviendo a tiempos más actuales, tenemos los campos sembrados con cereales y las recientes enigmáticas figuras que aparecen allí. El hombre necesitaría sofisticados sistemas de orientación y satelitales para no equivocarse en las coordenadas. Delicados aparatos y mágicos transmutadores biológicos, definitivamente, son realizadas por inteligencias superiores.
Aún así, estas son apenas algunas de las evidencias de la existencia de seres extraterrestres, pero hay un sinnúmero más.